La inflamación se volvía cada vez más dolorosa e iba atacando más articulaciones.  Fue ahí cuando comenzó este viaje en búsqueda de salud y bienestar. 
 
Rápidamente comencé el tratamiento para la artritis, cuando el doctor me informó que no hizo efecto, decidí tomar las riendas de mi salud y comencé a leer muchísimo y a buscar conocidos con esta enfermedad. Así, inicié con el primer cambio de hábito: el de mi alimentación.

Estudié Ciencias de la Comunicación y, aunque hice mis prácticas en televisión y mis cursos favoritos eran radio y redacción, me especialicé en Publicidad y Relaciones Públicas sólo porque me gustaba el estilo de vida que tenía Angela Bauer en “Quién manda a quién”. A mis 15, sabía que me casaría a los 25, tendría mi primera hija a los 27 y trabajaría en una empresa exitosa, claro está, con una maestría bajo el brazo, y tal vez, viviendo en el extranjero.

Y sí, me casé, tuve una hija, de hecho, tengo dos, trabajé en empresas prestigiosas y por supuesto hice una Maestría en Administración de Empresas.

No vivo en el extranjero pero viajo mucho desde que tengo uso de razón y no me cierro a la posibilidad de vivir la experiencia fuera de mi país. Como ves, soy bastante buena con los pronósticos y casi todos mis planes se fueron cumpliendo.

Un par de años después de terminar mi maestría, cuando estaba agarrando rumbo como trabajadora independiente empecé a sentir inflamación en mis rodillas, en las muñecas y en las manos.

Ese cambio hizo la diferencia, en unos meses ya estaba jugando voley, bailando y acariciando la cabecita de mi niña de 5 años con mis propias manos… ¡Dios! que bien me hizo dejar de afligirme por la impotencia de no poder valerme por mi misma y disfrutar la sensación de sentirme sana.

Este proceso que viví y la mejoría que conseguí gracias a tomar las riendas de mi salud y de mi vida en definitiva, me hizo interesarme cada vez más por el mundo del coaching.

Con los años me dí cuenta que el cambio debía ser integral, no era solo alimentación, era mentalidad, emocionalidad y espiritualidad en la cotidianeidad, es conexión conMigo misma.

Fue así que mientras seguí trabajando como freelance para empresas me certifiqué como Business Coach, y al año siguiente como Coach Ontológico.

Mi segunda hija nació, empecé mi certificación en Health Coaching en Integrative Nutrition y el mundo entró en pandemia. De pronto todo y todos estábamos juntos y revueltos. 

Comenzar a emprender siendo mamá después de 9 años, con una hija entrando a la adolescencia, lidiando con una enfermedad autoinmune, en pandemia y totalmente ignorante del dichoso Instagram fue un desafío. Ser compasiva conmigo misma, bajarle a mi hiperexigencia, respetar mis tiempos y apoyarme en mis hábitos fue clave para bajarle a la ansiedad, dejar de compararme y mantenerme organizada, enfocada y con energía para perseverar.

Lo que más me motiva a continuar, además de sentirme libre de la enfermedad, es pensar en el ejemplo que quiero ser para mis hijas y en el legado que les quiero dejar. Ellas son libres de tomar sus decisiones y en algún momento lo harán sin supervisión, en ese instante quiero que sean sus hábitos, sus valores y su amor propio el que las guíe.

Pero la vida sabe cómo plantearte una y otra vez las cosas que aún nos falta por aprender.

Ya me iba picando el bichito por emprender pero la inseguridad me ganaba, y solo pensaba en la mejor forma de diferenciarme de otros colegas, hasta que una buena amiga me dijo: Vane, te la vives cuidándote, ¿por qué no te especializas en algo de alimentación con coaching? En ese momento no veía la relación ¿cómo podía mezclar mi enfermedad que es algo tan personal con mi vida profesional?

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Como dije al principio, no lo tengo todo resuelto...

sin duda, aquí sigo resolviendo, sigo conociéndome, sigo
enamorándome de mi emprendimiento, de mi vida y de mí en cada rol que disfruto. Hoy por hoy llevo charlas de bienestar a todo tipo de instituciones, programas de bienestar customizados a empresas para generar lugares de trabajo saludables y profesionales más productivos y consciente de su autocuidado. Y claro está, me apasiona acompañar a personas con enfermedades crónicas autoinmunes que quieren tomar las riendas de su salud y de su vida, y que están dispuestos a superar los retos de la enfermedad y cambiar su estilo de vida
para sentirse como si no hubiera enfermedad y adquirir los hábitos que les permitan hacer lo que más aman hacer con amor y por amor a ellas mismas.